martes, 21 de abril de 2009

Carta a un amigo.

Querido amigo:
El que siempre está pero al que no siempre veo... Ése eres tú...
Fue contigo y por ti, como aprendí que la lealtad es un valor, y la amistad una realidad meritoria del mismo...
Encontré cobijo en ti...
Perdido como estaba en aquel momento, hace ya tantos años... tus rarezas, tu marcada ironía, tus excesos y tus carencias, me hicieron sentir, de alguna manera, querido de verdad...
Por primera vez, confié...
Hice de tu casa, mi casa... de tu familia, mi familia... y de nuestra amistad una promesa de lucha y entrega...
Contigo no finjo... sabes lo que hay, y te agrada...
No existen las grandes decepciones entre nosotros... sabemos lo que podemos esperar, y podemos esperar mucho...
Maduré contigo y, quizá, en parte, maduré para ti... Me hiciste ser un poco más fuerte y yo conseguí que te ablandaras un poco... Conseguí que entendieras lo necesario de un abrazo, y lo agradecido que resulta un “te quiero”...
Querido amigo... en nuestro caso, no importan las circunstancias... las temporadas sin contacto... no importa el tiempo...
Al menos para mí no importa... porque aunque nosotros cambiamos, hay un hecho que no cambia... Cuando pongo un pie en tu casa... lo siento... siento que estoy en CASA...
Y, cuando me abrazas... siento que eres tú... mi AMIGO...

1 comentario:

  1. Me parece buenísimo, cada día te superas. Si sigues así voy a tener que dejar de comentarte porque no voy a saber que decir!

    ResponderEliminar